lunes, 11 de julio de 2011

"BASTA YA DE CONFORMISMO"

Lambayerque, es una región que demanda cambios profundos en nuestras estructuras, sociales políticas y económicas. No hay espacio para pseudo reformas y parciales modificaciones al sistema político actual.
El discurso de los partidos tradicionales y lamentablemente, los actos de corrupción, ineficiencia e incapacidad de nuestras actuales autoridades, varias de ellas producto de Movimientos Independientes oportunistas ya se agotó.

La mayor parte, son responsables del caos imperante en el que vivimos ya que simplemente no responden a las necesidades de los ciudadanos. Sus prioridades son únicas y exclusivamente ganar elecciones y vivir del poder, lucrando con las ilusiones de nuestro pueblo.

Necesitamos construir una nueva estructura política, social y económica, basada en la promoción de inversiones y la distribución de la riqueza con eficiencia y equidad.

Para encaminarnos en ese rumbo necesitamos un Gobierno Regional y Gobiernos Locales con visón de futuro, con autoridades que posean autoridad moral, profesional y personal para enfrentar con éxito nuestros principales problemas y desafíos.

El “Gran Cambio” ofrecido por algunos candidatos y hoy autoridades no se aprecia por ningún lado. Sus funcionarios, salvo honrosas excepciones no están a la altura esperada a pesar de contar su familia con tres universidades donde supuestamente deberían tener una cantera de expertos en diversas áreas del conocimiento humano.

Con respecto a las Municipalidades Provinciales, como Chiclayo, Ferreñafe y Lambayeque, así como los treinta y ocho distritos, la situación es similar o peor. Es común apreciar a diario las diferentes portadas con los escándalos de siempre, así como de las obras inconclusas, sobrevaloradas e inservibles que ha significado el robo del dinero que con mucho esfuerzo se consigue con nuestros tributos.

Las múltiples denuncias por corrupción, peculado, malversación y hasta favores sentimentales; sólo causan más desaliento en la población que ya no creen en el sistema democrático actual.

¡NECESITAMOS ACTUAR YA!

EL RETO de un cambio profundo es obligatorio. Se trata de repensar y construir una nueva Región Lambayeque. Debemos convocar a los empresarios exitosos, líderes populares y los profesionales más destacados para juntos diseñar un Plan Regional de Desarrollo Integral y Sostenible que se ejecute a través de un Nuevo Movimiento Político Regional que luche por la reivindicación de nuestros derechos y valores.

Si grande es el reto que tenemos, mayor debe ser el compromiso y la determinación de quienes nos disponemos a enfrentarlo.

Vivimos en una coyuntura histórica en donde es meritorio que reclamemos y afirmemos nuestro compromiso con las futuras generaciones.

Necesitamos hombres y mujeres de mente positiva para crear una forma seria, honesta y responsable de hacer política con visión de país, una política inclusiva y totalmente diferente a las estructuras desgastadas y tradicionales que solo nos llevan siempre a votar por el menos malo.


¡Basta ya del conformismo! Los líderes son tales por la confianza que el pueblo tenga en ellos.

Unámonos en esta cruzada por una Nueva Región Lambayeque.

La historia nos juzgará por nuestros actos.

sábado, 5 de marzo de 2011

¡ EL CAMBIO EMPIEZA POR NOSOTROS MISMOS !

El 10 de abril todos los peruanos tendremos la oportunidad de elegir un nuevo Gobierno y Parlamento Nacional en medio de una creciente crisis de credibilidad del sistema democrático.

Desde que el hombre habita la tierra y debe vivir en sociedad para sobrevivir y progresar, se han ensayado diversas maneras de administrar eficientemente las riquezas del pueblo, desde la “ley del más fuerte” en los inicios, pasando por los imperios, hasta llegar a la república; basada esta última en la independencia de los poderes del Estado y la alternancia en el poder.

Para lograr la eficiencia en el manejo del sector público es fundamental la existencia de partidos políticos. Estas instituciones deben de contar con ideologías con bases sólidas. No deben ser simples experiencias aventureras, sino entes generadores de propuestas con visión de futuro. Tampoco son propiedad de sus fundadores. Desde que son admitidos por el Jurado Nacional de Elecciones pasan a formar parte de la nación y por lo tanto deben representar una parte del sentir del pueblo peruano.

Las civilizaciones más avanzadas del mundo cuentan con un reducido grupo de partidos políticos en torno a los cuales se aglutinan las tendencias más difundidas: los conservadores que pertenecen a la “derecha”, los reformistas que representan a la “izquierda” y los intermedios entre ambas que son denominados “de centro”. Sin embargo, apreciamos con preocupación que en el Perú, existen diversidad de “partidos” de una misma doctrina se encuentran dispersos dificultando una elección madura y responsable.

En los últimos 20 años apreciamos una pérdida de valores y virtudes a todo nivel. Situación a la que no es ajena la administración gubernamental con una corrupción cada vez en ascenso, incapacidad profesional y moral en los cuadros dirigenciales, desprestigio de las instituciones rectoras de la economía, la justicia, la generación de iniciativas legislativas y hasta en las propias organizaciones religiosas.

Es hora de acabar con la atomización política y dar el gran salto a la modernidad. Promovamos la cultura del cambio, la calidad y la solidaridad. Dejemos de lado el “caudillismo” que sólo busca perpetuar en el poder a los “políticos profesionales o tradicionales” y dar paso a la renovación de los cuadros. Hay muchos jóvenes con vocación de servicio que son relegados o simplemente destinados a labores secundarias. La juventud no es el futuro del país. ¡Es el presente!

El cambio empieza por nosotros mismos. De lo contrario seguiremos observando las pugnas reeleccionistas y un creciente desengaño de la población. La culpa de la situación la tienen los propios partidos políticos. A ellos les corresponde convocar a los más capaces y honestos. A nosotros nos corresponde reflexionar y elegir bien. No tengamos una nueva decepción y un nuevo lamento ad portas del bicentenario.