LOS
PENSAMIENTOS CURAN MAS QUE LOS MEDICAMENTOS.
Segun dice Bruce Lipton
los pensamientos curan más que los medicamentos, Bruce reclama una nueva
medicina, la que tenga en cuenta la energía por su capacidad para curar. Desde
Kenko reiki & terapias nos hacemos eco de una noticia publicada por el
Diario del Sol, en la que un reputado científico, Bruce Lipton, pionero en la
investigación con células madre, reclama un nuevo paradigma para la medicina
contemporánea, una medicina que tenga más en cuenta la capacidad sanadora de la
medicina energética y que esté menos basada en el poder de los compuestos
químicos, por su alta toxicidad y en algunos casos escasa o nula efectividad.
Al mismo tiempo que reclama a la comunidad científica una mayor unión entre
ciencia y espíritu.
Según el artículo, Bruce
es doctor en Biología Celular y fue pionero en la investigación con células
madre. Sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las
células según el entorno sentaron las bases de la nueva epigenética. Sus
descubrimientos (que iban en contra de la opinión científica establecida de que
la vida es controlada por los genes) y el estudio de la física cuántica le han
llevado a criticar duramente la medicina convencional. Es autor de libros como
La biología de la creencia y La biología de la transformación.
Usted
asegura que la medicina convencional va por muy mal camino.
¿Tan
peligrosos son los medicamentos que nos recetan?
Nos dan medicamentos
para la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el cuerpo. Porque esta
medicina basada en la farmacología no entiende cómo está interrelacionada toda
la bioquímica del organismo. Cuando tomo una pastilla química y la introduzco
en mi cuerpo, no solo afecta a aquel lugar donde tengo el problema, sino que
afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados “efectos secundarios”.
Pero, en realidad, no son secundarios sino directos. No entienden que el efecto
de las drogas no solo crea un efecto sino múltiples. Según las estadísticas en
EEUU, ¡los fármacos matan allí a más de 300.000 personas cada año! Y esas
personas son muchas más que las que mueren por tomar drogas ilegales. Hay algo
que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas cosas bien, como la
traumatología, pero está matando a mucha más gente de la que ayuda. Tiene que
aprender cómo funcionan las células.
¿Y
qué ha descubierto sobre las células pero que no tiene en cuenta la medicina?
Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época cambió la idea que tenía del mundo. Puse una célula madre en un plato petri y, como cada diez horas se divide en dos, al cabo de dos semanas, tenía miles de células, todas idénticas. Luego cogí algunas de ellas, las coloqué en otro plato y cambié el entorno celular (son más como peces porque viven en un entorno fluido). Cambié la química en ese plato y ahí formaron músculo. Después, cogí otras del primer plato y las puse en un entorno diferente, y se formó hueso, y otras se convirtieron en grasa al volver a cambiar el entorno.
Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época cambió la idea que tenía del mundo. Puse una célula madre en un plato petri y, como cada diez horas se divide en dos, al cabo de dos semanas, tenía miles de células, todas idénticas. Luego cogí algunas de ellas, las coloqué en otro plato y cambié el entorno celular (son más como peces porque viven en un entorno fluido). Cambié la química en ese plato y ahí formaron músculo. Después, cogí otras del primer plato y las puse en un entorno diferente, y se formó hueso, y otras se convirtieron en grasa al volver a cambiar el entorno.
Entonces, la pregunta es
muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células? Todas eran idénticas, lo
único que era diferente era el entorno. Cuando cojo células sanas y las coloco
en un entorno nocivo, la células enferman y mueren. Si un médico las mirara,
diría: “¿Qué medicina hay que darles?” ¡Pero no hace falta ninguna medicina!
Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las
células sanan. Los humanos somos una comunidad de 50 trillones de células, por
tanto, la célula es el ser viviente y la persona es una comunidad. ¡El humano
es un plato petri cubierto de piel!
Dentro de mí hay 50
trillones de células y el entorno celular para nosotros es la sangre, por ello
la composición de la sangre cambia el destino de la célula. ¿Y qué controla la
sangre? Pues el sistema nervioso, que crea una química diferente según el
sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma cosa. Por ello, si
pongo al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, también enferma.
Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana. Por tanto, la medicina culpa
a las células por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células,
pero ese no es el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la
persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro
de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno.
La primera razón por la
que la medicina de hoy es cuestionable es porque los médicos no saben cómo
funcionan las células. La segunda es que la medicina está basada en la física
de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las señales
electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la física
cuántica, que dice que todo es energía, lo que podemos ver y también lo
invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones, neutrones. ¿Y
qué hay dentro? Energía. La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde
a la física cuántica, no a la newtoniania. La medicina dice que quiere cambiar
la química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que
cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa,
porque responde primero el campo energético que el físico.
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química.
Si
todo es energía, ¿los pensamientos también? ¿Cómo influyen en nuestra salud?
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más
poderosos que la química. Así que esto es peor para las empresas farmacéuticas
porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una conexión entre la
mente y el cuerpo. Pero es cierto que las propias creencias se convierten en un
campo energético, una transmisión, y esta se transforma en una señal que es
capaz de cambiar el organismo. Y así es como funcionaba la sanación antes del
desarrollo de la medicina.
La gente sanaba con los
chamanes, con las manos… pero eso no puede vender y por eso la medicina no
quiere ir por ese camino. Y es la razón por la que yo cambié mi carrera. Estaba
enseñando en la universidad que hay que seguir con drogas y sabía que eso no
era verdad. La medicina lo conoce, pero no habla de ello. Sabe que el
pensamiento positivo, el placebo, puede sanar, y también que el pensamiento
negativo puede matar. Uno se llama placebo y el otro nocevo. En realidad, no es
que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que
tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química que
generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno real sino el que
tú interpretas.
Y eso enlaza con la
física cuántica.
Totalmente.
Por eso no funciona la medicina, porque no reconoce la ciencia cuántica. No
mira hacia ahí porque el dinero está en otro lado.
Usted ha explicado que,
en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso es
tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?
Es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo.
Es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo.
Pero
no lo podemos controlar.
Lo puedes reprogramar.
La información del subconsciente se recibe en los primeros seis años de vida.
Eso que aprendiste en esos años se convierte en el conocimiento fundamental de
tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que demuestran que las enfermedades que
tenemos de adultos, como el cáncer, tienen que ver con la programación y el
entorno que vivimos en los primeros seis años de vida.
Los
comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar
haciéndote daño.
Es
decir, los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y
así se ‘programa’ su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!
La gente, cuando oye
esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si tú no sabes que el
subconsciente funciona así. No lo sabían nuestros padres, ni nuestros abuelos
ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo entiendes, tienes que cambiar tu manera de
vivir, porque entonces sí eres responsable. Está demostrado que si un niño
adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer
aunque su genética sea diferente. Sería algo así como conducir un coche: si te
enseñaron a conducir mal y has automatizado esa forma de conducir, pues lo más
probable es que tengas accidentes. Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con
mala información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la
mente. El futuro es una mejor educación para los niños, incluso en la etapa
prenatal.
Compartido por Centro Keops de Energía PiramidalUniversidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.
Lambayeque-Perú
hgamonalcruz@gmail.com
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